viernes, 12 de agosto de 2016

Experiencias

Si he venido aquí, he venido a por todas. He venido a vivirlo todo, a emocionarme con todo, a sufrirlo todo, a hacer todo aquello que no haya vivido ni visto nunca. Hoy, como os conté, estamos barra están preparando el fiestón de mañana y hemos matado una vaca y seis gallinas. Y digo hemos porque he querido participar, a ver qué me provocaba. Realmente he sentido cero pena, y quizá ha sido porque he pensado como un local. Matar un animal es una festividad y un recurso único que ellos han criado, por lo tanto, siendo realista, esto no es la industria alimentaria de Occidente en la que para que compremos en una bandeja de polispan un trocito de animal, han tenido que sacrificar a decenas, quizá, de animales que no han visto ni la luz del sol. Así que, me parece algo más sostenible y mañana nos lo comeremos bien agusto. Aqui eso es cosa de machos, y me he puesto con ellos a hacer esas labores. Es como raro ahora ya tener que convivir con una cultura tan machista. Tras el "trabajo" de matar la vaca nos han traído te negro y una tortilla... ¡Al fin he visto un huevo del orfanato! Sólo para los "machos", repartiendolo mientras ellos sentados esperaban su plato y su taza. Si es cierto que para los críos hoy han puesto un trozo de 2cm de carne, bueno carne: entraña de lo peor que a saber qué era...
Antes de comer han llegado nuestros compañeros, que estaban de Safari, y al llegar hemos decidido autoorganizarnos, debido al verdadero caos que ya os conté. Hemos hecho dos grupos: uno de dinamización y otro de organización y limpieza. Hemos decidido entregar la ropa directamente al orfanato y no a los dueños. Así que mientras unos hacen una cosa, otros la otra. Es importante sentir que podemos colaborar mejor y eso sí está en nuestras manos. Mañana a misa, así que me voy a descansar ya. Nakupenda sana.