jueves, 11 de agosto de 2016

Turismo solidario

Bueno, llega el día que no voy a contaros las "bondades" de este tipo de cooperación, sino lo contrario. De hecho, mi amiga Idoia me contó su experiencia y realmente es un calco. Resulta que Lucy y Samuel, dueños y señores del orfanato y la escuela Chazon son también muy activos en la iglesia, creo que Evangelista (o protestante, no estoy seguro) de esas de la tele de griterío y aleluyas hermanos con los brazos en alto e histeria colectiva. Samuel, además, es pastor y resulta que este sábado lo nombran obispo. Eso significa mega-fieston. Según nos cuentan, más de 700 asistentes, entre ellos nosotros los 'musungu' que supongo que le da nivel y gracias al todopoderoso por ese regalo (aleluya!). Pues resulta que empezamos a ver cosas de la organización y del orfanato que no nos gustan. No nos gusta que Lucy y Samuel tengan una hija zampabollos y malcriada. No nos gusta que mientras en su casa hay lujos (chocolate, gas, duchas, etc) el orfanato esta demasiado precario para el nivel de vida de los dueños. Que en realidad desde que he llegado los contrastes de Kenia son muy grandes. Pobre, lo que es pobre, no lo veo. Es más, me parece un país fértil, con todas las necesidades cubiertas, comida y agua por todos lados, verde, muy verde. Y lo que pesa para todo  es una dejadez, un desorden y una desorganización aplastante. Pero este es problema cultural y no puedo pretender cambiar la mentalidad de un país. Lo bueno, creo yo, que el acceso a Internet, smartphone (curioso caso el que tengan mejores móviles casi que nosotros) y la TV creo que les deberá crear ciertas ganas de .mejorar y estoy seguro que en no demasiado tiempo Kenia sea un país mucho pero mucho mejor. Así mismo pasa en el orfanato, lo mismo que al país. Dejadez. No se si ha coincidido con el nombramiento de obispo de Samuel o es siempre así, pero el desorden y la dejadez hace que lo que podría ser algo "no tan malo" sea realmente sorprendente para mal. Por ejemplo, el día de hoy ha transcurrido sacando guisantes de las vainas durante prácticamente 6 horas sin descanso con todos los críos ayudando en la labor. Esto, si vieras reflejado el esfuerzo de los niños (que trabajan como negros) en el mismo orfanato o en sus necesidades, en sus comodidades o en sus comidas, pues no te llevaría a la rabia de ver las grandes diferencias entre unos y otros y sobretodo entre los "dueños"  y los críos del orfanato. Por ejemplo hoy, aparte de los guisantes, hemos estado limpiando huevos. ¡Centenares de huevos! Y no hemos visto todavía huevos en la comida de los nenes. Eso da rabia. Aún así, si que es cierto que tienen sus 3 platos nutritivos al día. En realidad es alucinante el nivel de obediencia y lealtad de estos chavales. Como comparten todo entre ellos. Como se cuidan unos a otros. Como tienen cuidado extremo de no tocar lo que no les pertenece. Y así un largo etcétera. Pero les falta orden y disciplina. Curiosamente como al pais. curiosamente como a sus mayores. Eso es cuando piensas si ésta (des) organización es posible mejorarla en el poco tiempo que venimos, porque los voluntarios en realidad somos "visitantes" para ellos, no cooperantes. Y por lo tanto "cuidan" su "sistema" de manera indirecta. Ahora bien, y entonces diréis ¿y qué coño hace que te quedes? Pues... A la tarde, tras el duro trabajo, ya hemos tenido un rato de  diversión con los nenes ya... A la mierda todo pensamiento negativo. A la mierda las ganas de rabiar contra la organización. Se pasa todo de golpe y de repente te compensan con un abrazo, un "te quiero mucho" o un "Andrés, come to Play with me" y se te quitan las ganas de reivindicar que con poco más, con algo de 'orden' y 'organizacion', que no cuesta dinero, podrian estar 10 veces mejor.