viernes, 19 de agosto de 2016

Muzungu! How are you?

Una de las cosas más alucinantes de moverse por estos lares es la sensación de ser un "monillo de feria" para los de aquí, sobretodo para los críos. Ver blancos es para ellos un espectáculo y parecen haberse aprendido desde que nacen (he visto niños que ni caminan diciéndolo) la frase "how are you?" con su característica voz de pito en dolby surround, porque pocas veces es uno solo. La curiosidad es tal que llegan a seguirte entre risotadas y la gran mayoría de ocasiones acabas caminando varios cientos de metros con críos agarrados a las manos como si eso fuera una gran atracción para ellos. El medio de transporte que solemos utilizar los voluntarios (el orfanato esta aprox. a 45 min andando del pueblo) es una Moto (Pikipiki) donde pueden subir de 1 a 4 personas más conductor, más mochilas, más bolsas... vamos, que si a eso le añades los caminos de barro y baches, hacen que cada desplazamiento sea un deporte de riesgo. Aún así, en nada te acostumbras y lo ves de lo más normal. Por aquí, solemos comprar comida, agua y demás útiles necesarios en los supermarket, es curioso el contraste de tener acceso a "todo" porque Molo es un pueblo/comercio. Tanto puedes ir al super como comprar en los puestecillos de la calle. Viendo lo que he visto, sería mucho más productivo para el pueblo no traer NADA de equipaje desde España y hacer gasto aquí. Aparte de un viaje más cómodo, potenciaríamos la economía local y eso siempre es bueno. Los musungu ya tenemos nuestro 'bar' donde nos solemos reunir por las tardes para comer algo y charlar del día. Durante estos días en el orfanato, hemos hecho juegos, una gincana, les hemos intentado hacer una cena "made in spain" (macarrones & revoltillo de huevos, salchichas, patata y jamón) pero sin embargo las dos cosas que más me han emocionado y sin duda a ellos también ha sido que representamos una obra de teatro (los 7 cabritill loos y el lobo) y seguidamente les dejamos representarla a ellos, a dos grupos. Fue divertido y se lo pasaron genial. Y otra emoción inesperada, fue que estaba mirando el cielo antes de ayer, esperando a la luna llena del día 18, y me dio por sacar el Google Sky Maps... La conclusión fue: alucinaron. Sobretodo los un poco más mayores, cuando pudieron identificar ciertos planetas visibles desde la tierra y ver y poner nombre a constelaciones y estrellas.. me dieron las gracias varias veces totalmente emocionados. Me llegó. Me tocó la patata y realmente vi las ganas reales de estos chavales de saber más y conocer más. La curiosidad infantil no se debería perder nunca. Es uno de los motores del mundo. Y como he dicho, ayer día 18 miré al cielo y con la luna llena me conecté con todos aquellos en cualquier parte del mundo que pudieran estar mirándola. Y pensé: realmente todos somos uno bajo esa perspectiva. Gracias por conectar conmigo.